Lillian Moscona, coach certificada en alimentación Keto y salud ancestral en Barcelona
Sabemos que la actividad física es importante para nuestra salud, pero a veces puede ser difícil encontrar el tiempo para incluirla en nuestra cotidianeidad. Sin embargo, ¿sabías que algo tan sencillo como dar un paseo de 30 minutos al día puede tener un gran impacto beneficioso en tu salud?
Caminar es una forma de ejercicio de bajo impacto, adecuada para personas de todas las edades y niveles de fitness. Caminar a paso ligero durante 30 minutos cada día puede ayudarte a movilizar los fluidos corporales, activar la digestión, reducir el estreñimiento y mejorar la circulación general. Caminar es también una buena estrategia para mejorar tu estado de ánimo. Algunas investigaciones han demostrado que caminar regularmente ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. Caminar además aumenta tus niveles de energía y sirve para no hacer picos de glucosa en sangre, haciéndolo durante 15 minutos después de comer, con un ritmo ligeramente rápido.
¡Así que ahí lo tienes! Caminar sólo 30 minutos al día puede tener un excelente impacto en tu salud física y mental. Si te resulta difícil encontrar 30 minutos seguidos para caminar, hazlo dividido en 2 o 3. No dejes de moverte. La vida es movimiento. Cuando permanecemos en la misma postura, sentados durante horas, provocamos el estancamiento de nuestra sangre, funcionamiento de los órganos y tejido musculo esquelético.
Cuando tengas oportunidad de aparcar unas calles antes del sitio al que vas o bajarte una parada antes en el metro o bus, estarás cultivando este maravilloso hábito. Caminar es parte de vivir. En cuanto lo incorporas a tu rutina diaria, te apetece ir a distintos sitios caminando y gozando de la maravillosa maquinaria del cuerpo humano, que está ahí para ser utilizada.
Si puedes caminar de forma consciente durante algunos tramos, trata de sentir cómo apoyas los pies en el suelo, qué cantidad de carga pones, cuándo es el pie izquierdo y cuándo el derecho. Nota como alternan tus brazos de forma natural. Observa cómo tu cuerpo sabe exactamente qué hacer de forma espontánea, tan solo necesita la oportunidad de demostrarlo.