Lillian Moscona coach certificada en alimentación y salud ancestral.
Uno de los puntos más importantes en nuestra vida es la salud. Estamos en una era donde se ha normalizado el estar enfermo, obeso, diabético, hipertenso y un sinfín de patologías crónicas que ya forman parte de nuestra vida. Pareciera que nos hubiésemos resignado a vivir así.
Dejamos en manos de otros nuestra salud, como si fuera prioridad del médico, o cualquier profesional de la salud, el que nosotros consigamos la nuestra. Nos da miedo hacernos cargo, porque no sabemos, no tenemos información, no conocemos nuestro cuerpo y para eso han estudiado los médicos.
Nos da miedo hacernos cargo de nuestra salud, porque no sabemos, no tenemos información o no conocemos nuestro cuerpo.
Sin duda, es cierto que nosotros no tenemos una formación profesional para auto diagnosticarnos de enfermedades y tampoco para automedicarnos. Sin embargo, poseemos algo mucho más importante: somos los únicos que vivimos dentro de nuestro cuerpo, los más interesados en que funcione bien, los que podemos leer sus señales e interpretarlas en el contexto de nuestra historia personal anterior y presente.

Si padeces de obesidad o de alguna enfermedad causada por la mala alimentación, que dicho sea de paso, engloba obesidad, diabetes y muchas otras enfermedades que son causadas por una mala alimentación, lo primero que puedes hacer es cambiar esta última.
Una de las opciones que tienes es hacer una alimentación low carb o baja en carbohidratos. Si quieres ver resultados más profundos, puedes hacer la alimentación cetogénica o keto y cuando hayas alcanzado tu peso ideal y hayas modificado los factores de salud que contribuyen a tus actuales patologías, puedes pasar a la dieta low carb.
Comencemos por eliminar de nuestra alimentación todos los alimentos que son procesados, que tienen altos niveles de azúcares, químicos, conservantes, edulcorantes artificiales, es decir que contienen todo , menos nutrientes de buena calidad.
Lillian Moscona
La diferencia entre ambos tipos de alimentación es únicamente la cantidad de carbohidratos que consumimos. En la alimentación keto, consumimos 20 g de carbohidratos provenientes de verdura de hoja verde, proteína moderada y grasas sanas altas, como el aceite de oliva, de coco, aguacate, mantequilla o ghee. En la alimentación low carb se consumen entre 50 y 200 g de carbs, dependiendo de tu metabolismo y lo que vas encontrando que te va mejor en tu salud.
Un aspecto muy importante de la alimentación es que nadie es igual al de enfrente.
A veces nos ponemos como puntos de referencia a personas que tienen menos dañado su metabolismo o tienen una genética privilegiada y bajan de peso rápidamente o mejoran sus parámetros de salud también de forma más veloz.
Sin embargo, nosotros debemos pensar en nuestra salud como el mayor regalo de la vida, desde ese lugar donde nos sentimos agradecidos por el vehículo que nos transporta en esta vida, podemos aprender a conocer cómo funcionamos, qué nos va bien, qué nos hace sentir cansados, letárgicos, deprimidos, ansiosos y también qué alimentos y rutinas pueden mejorar cada punto de estos.
Investiguemos acerca de la alimentación cetogénica o keto, comprendiendo el efecto que tiene en nuestro organismo el consumo de azúcares en sus diversas formas. Reconozcamos qué son los carbohidratos: harinas, pastas, legumbres, cereales y sí también la fruta.
Todos estos son alimentos que elevan mucho la glucosa en sangre y por lo tanto elevan la insulina. La insulina es una hormona implicada en muchos procesos metabólicos, pero principalmente se hace cargo de regular el azúcar o glucosa en sangre y esto lo hace, almacenándola como grasa.
Por otro lado, aprendamos a leer las etiquetas de lo que compramos. Es realmente difícil descifrar lo que nos estamos llevando a la boca. La forma más sencilla de evitar este engorro es consumir comidas de solo un ingrediente. Es decir, comida de verdad. No necesitamos leer nada si elegimos verduras, proteína animal y compramos aceite de oliva, de coco o mantequilla. Si nuestro presupuesto lo permite, debemos consumir estos alimentos de cooperativas que distribuyen alimentos sin pesticidas y animales criados de forma natural, sin hormonas o antibióticos. Sea cual sea el caso, ya consumimos bastantes ingredientes nocivos en lo que comemos, así que, si tu presupuesto no alcanza para elegir una calidad más alta o en tu país no es fácil de encontrar, este tipo de alimentos más naturales, igualmente le harás un enorme favor a tu organismo retirando todos los alimentos, cuyas etiquetas están plagadas de sustancias que ni comprendemos.
Aprende a degustar la comida con su sabor original, utilizando especies que no lleven químicos. No utilices alimentos con cubitos de consomé, puedes hacerlo mucho mejor tú mezclando la proteína con verduras frescas y haciendo un caldo de carne, pescado o pollo que será realmente nutritivo.
Incorpora a tu vida una pequeña rutina de ejercicios. Sube y baja escaleras en vez de utilizar el ascensor, cada que te sea posible. Ve caminando a todos los sitios que te sea posible. Busca en YouTube rutinas cortas de 7 minutos de ejercicio de intensidad.
Si haces alimentación keto, no olvides subir la sal. De preferencia utiliza sal rosa del Himalaya o sal marina. No utilices la sal procesada que tiene poco sodio. Es importante también cuidar el potasio (K) y el Magnesio(Mg). El Magnesio tomado de noche antes de dormir, ayuda a la relajación muscular y a conciliar el sueño. Consume entre 800 y 1000 mg de Citrato de Mg, Glicinato de Mg o Biglicinato de Mg. Es un mineral que necesitamos mucho y que en occidente suele ser deficiente en casi toda la gente. De la misma forma, revisa tus niveles de vitamina D. Es otra vitamina que suele estar baja y que contribuye a que no fijemos el calcio y a que nuestro sistema inmune no funcione adecuadamente.
Empecemos con estos 3 cambios
- Elimina todos los alimentos que no sean de un solo ingrediente.
- No comas cuando no tienes hambre. Pon atención para diferenciar antojo, deseo y hambre. Si sientes hambre entre comidas, bebe agua. Si tienes hambre solamente come unas almendras, trozos de queso graso o aceitunas.
- Suplementa Magnesio (Mg), Potasio (K) y toma sal rosa.
En realidad, el cambio es más sencillo de lo que parece. ¿Empezamos?